
Si no estás obteniendo los resultados que quieres, algo necesita cambiar. Un correo diario no te va a decir qué hacer. Pero sí te va a incomodar lo suficiente como para que te lo preguntes tú.
Cada día, una sacudida.
Una pregunta que no te habías hecho.
Una historia que te hace verte en el espejo.
Una oportunidad para moverte.